La exposición de Vicente Ameztoy (Donostia 30-1-1946 / Villabona 6-11-2001) en la Ganbara del KOLDO MITXELENA Kulturunea desde el 7 de Febrero al 26 de Marzo de 2013, muestra más de 50 obras que componen la trayectoria del artista donostiarra, muchas de ellas creadas en un lugar tan importante para él como era su casa, Etxe-Ondo.
Cuando se cumplen 11 años del fallecimiento de Ameztoy la exposición Etxe-Ondotik nos permite asomaros a un universo único, en el que se mezclan paisajes o personajes de apariencia hiperrealista con elementos animales o vegetales que se metamorfosean, y que nos acercan a su personal manera de mirar e interpretar el mundo.
Es difícil etiquetar la obra de Vicente Ameztoy. Se le ha calificado como pintor surrealista, o como autor de unas obras adscritas al realismo mágico. Sin embargo, es difícil adjudicarle una escuela o corriente artística. Y poco importa. Lo cierto es que Ameztoy creó su propia iconografía, un territorio simbólico reconocible, dotado de una enorme complejidad.
En su obra tiene enorme importancia la naturaleza y el paisaje, pero no como género autónomo, sino como escenario para sus figuraciones. Son importantes en él los juegos de concepto y de analogías, los dobles, los metamorfismos, a menudo tratados con una fina ironía. Él mismo decía que la gente y el paisaje eran sus principales fuentes de inspiración, y sobre todo las personas en relación con el paisaje.
En tiempos de la pintura rápida, cuando en los 70 triunfaba el informalismo de pintores como Saura o Tapies, sorprende el trabajo minucioso de Ameztoy. Fue un artista apasionado, que confiesa que cada cuadro que pinto es un intento de sorprenderme a mí mismo, si eso funciona sigo para adelante. Si no me sorprende, o le doy largas, o no lo acabo. (Sagrado y profano: santoral de Remelluri, paraíso y otras obras. Donostia-San Sebastián: Koldo Mitxelena Kulturunea: Arteleku, 2000).
