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Este pintor noruego (1863-1944) reflejó como ningún otro la historia de la primera mitad del siglo XX. Su biografía personal: la muerte de su hermana y su madre, por tuberculosis; la percepción junto su padre, médico, de la impotencia de los pobres ante la enfermedad y la muerte; definen su pintura. Esa infancia y su conflicto interno con la religion le hace decir: «la enfermedad, la locura y la muerte fueron mis Angeles Custodios».
Su descarnada lucidez le hermana con Nietzsche, Strindberg y Kierkegaad, los tres desenmascaradores de las lacras de la sociedad de su tiempo.
En su obra se nota la influencia de Gauguin y Vincent Van Gogh. Usa la línea con gran fuerza expresiva y la intención de lo esquemático en los planos. Sus personajes son fantasmagóricos, y con el uso simbólico del color, refleja como ningún otro la angustia del hombre contemporáneo. Al igual que Emil Nolde creará una obra singular y solitaria. Su fama como pionero del movimiento Expresionista no ha parado de crecer, de hecho el grupo «Die Brucke» le consideró un maestro.
Visiten también el Museo Munch, y la galería de su obra, ordenada por temas.
